PRÓLOGO DEL AUTOR
Siempre me ha encantado el buen humor, los relatos
chistosos, las imaginaciones graciosas, las exageraciones bromistas, las
analogías ocurrentes y todas las condiciones y circunstancias que resulten
jocosas gracias a la ingeniosidad de la gente.
Desde muy chico trataba de acumular ─en ese entonces valiéndome únicamente de la
memoria─ el mayor número de cuentos
posibles para repetirlos ante los amigos cada vez que se presentaba la
oportunidad. Aun de adulto, he preservado la costumbre; aunque, para esta
época, por el rol social y profesional, las condiciones para relatar
chistes ─ahora son anécdotas─ deben ser prudentemente detectadas, para
evitar ser calificado de impertinente, desubicado y hasta de irreverente;
dependiendo de “la seriedad” ─entre comillas─ de los escuchas.
En este campo de los chistes, es muy común, usual y
demasiado típico, el famoso cuento flojo. Aquel que hace reír por
condescendencia con el relatante, por enojo, por lástima con el relator, por la
extrema simpleza de lo escuchado, o por lo que sea… menos por la comicidad del relato. ¡Vaya trabajo tan grande tener la selección
de un menú de buenas historietas graciosas, capaces de robar verdaderos
momentos de incontenible hilaridad en los lectores o en los oyentes!
Considero importante dejar en claro que este portal es una
compilación; luego, no son de mi autoría las diferentes narraciones y cuentos
aquí presentados. Lo que sí es mío es el aderezo, el maquillaje: gramatical, de
redacción, de coordinación, de sintaxis, de aplicación de eufemismos, de
reorganización de ideas, de ortografía; y la compilación propiamente dicha,
desde luego.
Confío, con este esfuerzo, ofrecer un minúsculo grano de
arena que propenda por el buen humor y el buen genio de mis apreciados
lectores.
Con gusto,