CHISTES DE ANCIANOS

UN VIEJO LE CUENTA A SU AMIGO:

"Estaba en la sala de espera para una primera cita médica. Leí el diploma de la doctora y me fijé en el nombre completo. Recordé una chica alta muy esbelta, de pelo oscuro bien largo, muy linda, compañera de clase en el colegio hace poco más de 45 años. ¿Sería el mismo bombonazo  que me gustaba en ese entonces...?"

"Al verla descarté la idea: estaba vuelta mierda, tenía montones de arrugas en la cara, el cuello escurrido, el pelo canoso, definitivamente estaba muy muy vieja para haber sido compañera mía... ¡nooo qué hijueputas!"

"Al terminar el examen y como por hacer algo de charla, le pregunté si había asistido al Colegio Francés. Contestó orgullosa:"

─ Sí, sí.

─ ¿Cuándo te graduaste? ─pregunté.

"Y me dijo justo el mismo año en que yo me gradué en ese colegio".

─ ¿Por qué? ─dijo ella.

─ Estabas en mi clase ─exclamé.

"Me miró de arriba a abajo, me reparó, se quedó mirándome la cara; y, luego de unos segundos, esta vieja gran hijueputa me respondió".

─ ¿Y qué clase dictabas, profesor?

LAS TRES HERMANAS:

Tres hermanas de 96, 94 y 92 años de edad vivían en su casa juntas. Una noche, la de 96 años empieza a llenar la tina para darse un baño; pone un pie dentro de la tina, hace una pausa y grita:

─ ¿Alguien sabe si me estaba metiendo a tomar un baño, o estaba saliendo de bañarme?

La hermana de 94 años le responde:

─ No sé, espera subo para ver.

Empieza a subir las escaleras, hace una pausa y grita:

─ ¿Estaba yo subiendo las escaleras o las estaba bajando?

La hermana menor, de 92 años, estaba sentada en la cocina tomándose una taza de té, escuchando a sus hermanas. 
Sorprendida mueve su cabeza y piensa: "En verdad espero nunca llegar a ser así de olvidadiza, toco madera" y toca tres veces la mesa para que se le conceda ese deseo y, luego, les responde:

─ Ahí voy a ayudarlas, pero solo déjenme mirar a ver quién está tocando la puerta.

50 AÑOS DE MAL SEXO:

Una pareja de viejitos estaban en el patio de su casa tomando café y de pronto la viejita le pega un guantazo fenomenal al viejo que lo tira al piso, le hace volar la gorra, los anteojos y el café. El viejito, arrastrándose, va juntando cosa por cosa y, balbuceando pregunta:

─ ¡Pero vieja...! ¡¿Por qué hiciste esto?!

A lo que la viejita responde:

─ ¡Por 50 años de mal sexo, viejo inepto!

Siguen tomando café y al rato el viejito, que se había quedado ofendido y pensativo, la coge descuidada y le encaja tremendo bofetón a la vieja que la desparrama por el piso, tira el café, las galletas, la servilleta, pierde los anteojos, se le sale la dentadura y mientras va recogiendo todo, pregunta:

─ ¡Y ahora viejo desgraciado! ¡¿Por qué me pegas?!

El viejito, sin mirarla, le contesta:

─ ¿Dónde aprendiste la diferencia asquerosa vieja morronga?

DOS PAREJAS DE ANCIANOS:

Una pareja de ancianos va a cenar donde unos amigos, cuando las esposas van a la cocina, ellos conversan y uno dice:

─ Anoche fuimos a un restaurante realmente magnífico, te lo recomiendo.

El otro pregunta:

─ ¿Cómo se llama?

─ El primero piensa y piensa y, finalmente, dice:

─ ¿Cuál es el nombre de esa flor que le das a quien amas? Tú sabes, la que es roja y tiene espinas...

─ ¿Quieres decir una rosa?

─ Si, esa es ─contesta. Luego se voltea hacia la cocina y grita:

─ ROSA ¿cuál es el nombre del restaurante al que fuimos anoche?

DIÁLOGO ENTRE VIEJOS:

Dos ancianos se encuentran hablando sobre el envejecimiento:

─ Mira, la peor parte de la vejez se la llevan nuestras mujeres. Además, ellas siempre se negarán a admitir que envejecen más rápido y tratan, por cualquier medio, de esconder sus achaques.

─ ¿Sabes que si? Tienes toda la razón.

─ Te cuento: he encontrado un buen truco para hacerles ver sus discapacidades por medio de un jueguito. Si quieres saber si tu mujer se está empezando a quedar sorda, colócate a 10 metros de ella y hazle una pregunta. Cuando veas que no te responde, acércate a 5 metros. Después a 2 metros y luego a 1 metro. Ya no le quedará a ella más remedio que darse cuenta que está sorda.

El viejito encuentra que la idea es como buena y cuando llega a casa se coloca a 10 metros de su señora y pregunta, levantando la voz:

─ Cariño ¿qué hay de cena...?

No recibe respuesta. Entonces se acerca a 5 metros y le pregunta de nuevo:

─ Cariño ¿qué hay de cena...?

No recibe respuesta, por lo que decide acercarse a 2 metros:

─ Mi amor ¿qué vamos a cenar...?

Nada de nada. Se acerca a 1 metro de ella:

─ Mi vida ¿qué vamos a cenar...?

Y la vieja enfurecida le responde a todo grito:

─ ¡Viejo hijueputa, sordo marica, te he dicho ya 4 veces que pollo con papas fritas!

EL ANCIANO DONDE EL MÉDICO:

Un anciano de 90 años llega al médico para su chequeo de rutina. El doctor le pregunta:

─ ¿Cómo se siente?

─ Nunca estuve mejor ─le responde─ mi novia tiene 18 años. Ahora está embarazada y vamos a tener un hijo.

El doctor se queda pensando por un momento y le dice:

─ Permítame contarle una historia: Un cazador que nunca se perdía la temporada de caza, salió un día tan apurado de su hogar, que se confundió y tomó el paraguas en vez del rifle. Cuando llegó al bosque, se le apareció un gran oso. El cazador levantó el paraguas, le apuntó al oso y disparó. ¿A que no sabe qué pasó...?

─ No sé ─responde el anciano.

─ Pues, el oso cayó muerto frente a él, en medio de un charco de sangre.

─ ¡Imposible! ─exclama el anciano─ alguien más debe haber disparado.

─ A ese punto es donde  quería llegar...

MISA DE FINADO:

El viejo acaba de morir. El cura en la ceremonia se riega en elogios:

─ ¡...El finado era un buen marido, excelente cristiano, un padre ejemplar...!

La viuda voltea hacia uno de sus hijos y le dice al oído:

─ Anda al cajón y mira si es tu  papá el que está ahí adentro.

EL VIAGRAMAX:

Va una ancianita al doctor para que le ayude a revivir el apetito sexual de su marido.

─ ¿Qué tal si probamos el ViagraMax?  ─le dice el  doctor.

─ No hay manera ─dice la ancianita─ mi marido no toma ni aspirina para el dolor de cabeza.
  
─ No hay problema ─dice el doctor─ échesela en el café sin que se dé cuenta. Regrese luego de un par de semanas para ver cómo le fue.

A las dos semanas vuelve la ancianita donde el doctor y le dice:

─ ¡Ay doctor... FUE HORRIIIBLE... FUE HORRIIIIIIIBLE, esto del ViagraMax!

─ Pero ¿qué fue lo que pasó? ─pregunta el doctor─ ¿Siguió mis indicaciones al pie de la letra?

─ Si, como nó doctorshito ─dice la ancianita─ she lo eché en el café shin que she diera cuenta y el efecto fue inmediato. She levantó de la shilla, tiró todo lo que estaba sobre la mesha al pisho, me arrancó toitita la ropa, me shubió a la mesha y me hizho el amor en forma impreshionante y apashionada. FUE HORRIIIIIIBLE doctor, FUE HORRIIIIIIBLE.

─ ¿Pero qué fue lo horrible? ─pregunta el doctor─ no entiendo ¿fue malo el sexo?

─ No, doctor ─responde la ancianita─ fue el mejor sexho que me haya hecho en 30 años, pero creo que no voy a tener cara para regresar nunca más al MacDonald.

LAS ABUELAS NO LO SABEN TODO:

El pequeño TOMÁS estaba pasando unos días con su abuela. Llevaba un rato jugando fuera con otros niños cuando entró en la casa y le preguntó:

─ Abuela, ¿cómo se llama cuando dos personas duermen en el mismo cuarto y una de ellas está encima de la otra?

La abuela se quedó un poco sorprendida, pero decidió decirle la verdad pensando en que tarde o temprano el pequeño TOMÁS lo iría a saber.

─ Cariño, a eso se le llama relaciones sexuales, también le dicen coito.

El pequeño Tomás dijo:

─ ¡Ahhh...!  ─y volvió a salir a charlar y jugar con los otros niños.

Un rato después volvió a entrar y dijo muy enojado:

─ ¡Abuela, no se llama relaciones sexuales ni coito, se llama ¡camarote! Y la madre de JUAN quiere hablar contigo.